Sin duda alguna, el ciclismo de montaña se ha convertido en tendencia durante los últimos años. Millones de personas alrededor del mundo se han sumado a esta disciplina sintiendo la necesidad de confrontar sus más grandes temores y llevar al límite su capacidad física, seguros de encontrar la gloria al llegar a la meta.
La práctica del MTB es considerada como un deporte de riesgo, llevando cada competencia a entornos naturales revestidos de la más inquietante belleza desplegada por los paisajes y montañas que sirven de escenario para los ciclistas que se abren paso en cada reto. A diferencia de otras modalidades de competencia, el ciclomontañismo ofrece a los participantes un contacto directo con escenarios naturales en donde la irregularidades del terreno elevan la exigencia al máximo.
A diferencia del ciclismo de ruta, el ciclomontañismo se caracteriza no solo por los escenarios naturales donde es desarrollado, sino además por el tipo de bicicleta y los ajustes estructurales necesarios para maximizar el rendimiento de los competidores durante cada carrera, extremando la solidez de su estructura e implementando mejoras notables en la suspensión y frenos en respuesta a las condiciones extremas de la pista.
Como parte de su complejidad existe una serie de modalidades especializadas que brindan diversidad a esta disciplina, siendo reconocidas en su mayoría como prácticas profesionales con mecanismos de regulación competitiva implementados:
– XC o Cross Country: se trata del típico ciclismo de montaña, donde los participantes recorren un circuito natural cuya tipología topográfica incrementa la complejidad del desplazamiento. Suele requerir un equipamento especial para evitar contratiempos y proteger en todo momento la integridad del corredor.
– All Mountain: práctica que agrupa a propietarios de bicicletas de doble suspensión con recorridos entre 100 y 140 mm. Esta modalidad suele ser mixta, combinando el pedaleo con técnicas de control de la bicicleta dependiendo de la dificultad del terreno en modalidad travesía.
– Enduro: los corredores se desplazan por pistas en bajada, enfocándose en ganar rapidez para completar los recorridos hasta la meta. En esta modalidad las bicicletas son bastante rígidas y cuentan con un recorrido trasero entre 160 – 180 mm; las medidas de protección son elevadas, dada la velocidad a la que descienden los participantes.
– Marathon: modalidad individual donde los participantes recorren un circuito a campo traviesa desde un punto de inicio hasta la meta. Suele comprender recorridos de entre 60 a 120 Kms. y por la complejidad del terreno, cada tramo del circuito debe estar señalizado para orientar a los corredores.
Sin duda alguna, esta práctica deportiva aglomera una variada cantidad de ciclomontañistas aficionados y profesionales que comparten la pasión por rodar. En Sabana Race ofrecemos una experiencia en ciclomontañismo acorde con tus expectativas, elevando el nivel hasta lo más alto.